Antonio Tamarit Aliaga fue un destacado maestro constructor valenciano, conocido por su extraordinario legado en la arquitectura local durante la primera mitad del siglo XX. Nacido en la Pobla de Vallbona, un pequeño pueblo cercano a Valencia, su obra marcó profundamente el desarrollo urbano de su comunidad y la región. Su carrera comenzó en la década de 1920, cuando, con gran habilidad y dedicación, comenzó a transformar las calles de su pueblo natal, dejando una huella imborrable en su historia.
Uno de los hitos más importantes en la carrera de Tamarit Aliaga fue la construcción de la Casa Consistorial (Ayuntamiento) de la Pobla de Vallbona en 1920. Este edificio, imponente y sobrio, se convirtió rápidamente en el corazón administrativo y social del pueblo. El ayuntamiento no solo destacaba por su funcionalidad, sino también por su estilo arquitectónico, que mezclaba elegancia con los detalles tradicionales valencianos, reflejando el respeto de Tamarit Aliaga por la herencia cultural de la región.
A lo largo de las décadas de 1920 y 1930, Antonio Tamarit Aliaga fue responsable de la construcción de innumerables viviendas en la calle San Sebastián de la Pobla de Vallbona, la principal arteria del pueblo. Estas casas, caracterizadas por su sencillez y solidez, fueron habitadas por familias que vieron cómo su comunidad crecía gracias al esfuerzo de este constructor visionario. Cada una de estas viviendas llevaba su firma, un sello de calidad y maestría que lo distinguía entre sus contemporáneos. El éxito de estos proyectos no solo consolidó su reputación en la Pobla de Vallbona, sino que le ganó renombre en toda la provincia de Valencia.
El año 1947 fue un momento crucial en la carrera de Antonio Tamarit Aliaga, cuando asumió la ambiciosa tarea de construir la iglesia de Las Ventas, uno de los proyectos religiosos más importantes de la región en ese entonces. Con una mezcla de devoción y habilidad técnica, Tamarit Aliaga erigió una iglesia majestuosa que se convirtió en el centro espiritual y comunitario de la zona. La construcción fue reconocida por su elegancia, así como por su capacidad para integrar elementos tradicionales con toques modernos, un verdadero reflejo de su visión arquitectónica.
A lo largo de su vida, Antonio Tamarit Aliaga fue reconocido no solo como uno de los mayores constructores de la Pobla de Vallbona, sino también como una figura clave en la evolución urbana de toda Valencia. Su legado no se limitó a los edificios que construyó, sino que también influyó en generaciones futuras de arquitectos y constructores que admiraban su dedicación, visión y habilidad para fusionar la tradición con el progreso.
Fallecido en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX, su nombre sigue siendo sinónimo de calidad y grandeza en la construcción valenciana. Hoy en día, sus obras perduran, y el pueblo de la Pobla de Vallbona lo recuerda como el maestro constructor que transformó su paisaje, dándole forma y alma a través de sus creaciones.
Ayuntamiento de la Pobla de Vallbona construido en 1920 por Antonio Tamarit Aliaga
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